Thanara hijo del desierto...

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Thanara cantaba. Cantaba y al mismo tiempo limpiaba los platos que usamos en la expedición por el desierto del Thar, un 'Safari Camel' dicen. Limpiaba los platos con arena y tierra del desierto, nada de agua, o muy poca. Me quede incrédulo. 'En Europa los limpiamos con agua', 'porque?', me refutó , ' la tierra es buena, es un don del cielo'.
Y así quedaron resplandeciendo los platos después de una expedita y deliciosa cena de arroz, vegetales y tortas de harina, todo ello alimentado de una salsa picante.

De mientras el guía Mr David soltaba a través del desierto a sus 3 camellos, con el fin de que puedan, la noche llegada, descansar a su aire y comer también un poco.

El recorrido por el desierto del Thar, desde Jaisalmer, nos dejó alguna foto interesante, de personas viviendo y sobreviviendo en viviendas construidas a mano con carton, tierra y agua.

Su gentileza es diferente a la nuestra, puesto que denotan una gran ausencia de prejuicios, aspecto que hoy en día nos condiciona demasiado en el primer mundo. Uno de los aspectos que debemos reconocer una vez salimos de nuestras fronteras...

Un bolígrafo, unas rupias, unos caramelos, estuvieron a la orden del dia a cada vez que tuvimos el gusto de encontrarnos con niños del desierto.

Excepto con Thanara, quien a sus 13 años , después de estudiar durante el día, venia al atardecer a acompañar hasta las dunas a su amigo el guía Mr David con los turistas de turno, echarle una mano en las tareas de cocinero, y pasar la noche vigilando a los camellos, con tal de ganarse alguna propina...