Hoy mi mano no piensa temblar con Tailandia, temblar narrando paisajes, sensaciones y sabores desconocidos para mi mente. No. Sin embargo, Tailandia se merece un capitulo entre estas lineas cansadas hoy, cansadas del ruido de la capital, sorprendente al inicio, devastadora al cabo de 3 dias. Cansadas tambien por los largos recorridos en tren desde la Capital hasta el norte del pais, con un alta incluido en Ayattuya, digno de ver, y un Chiang Mai que finalmente se nos queda pequeno.
La llegada a Bangkok fue otro shock, llegar de la India a una capital comparable a las grandes de Europa o America, en el suburbio mochilero donde la noche solo descansa entre las 3:00 y las 5:00, fue inicialmente un especie de alivio. Que lindo volver a un lugar moderno! Una cerveza, la Tiger para empezar y vayamonos a ramblear por Khao San Road y alrededores, donde los musicos abundan asi como los puestecitos de vender de todo.
Los dias siguientes en la Capital sirvieron para compatrir con mis buenos amigos de Francia, Patrice y Bruno, alguna que otra copa, ademas de ver los palacios de la ciudad, esos si, merecedores de cualquier adjetivo.
Andar por Bangkok sin escaparse a admirar las ruinas de Ayattuya no es de recibo. optamos entonces por planearlo en nuestro vaje al norte, con parada de tren a medio camino, esto con el fin de darle tiempo a los ojos de descansar ante tan estupendas vistas.
Ayattuya, antigua capital de Tailandia, posee como 20 lugares sagrados, templos y monumentos, aun vivos entre las calles del pueblo.Chiang Mai nos dejara sin sabor de boca, tanto que al tercer dia nos iriamos de camino a Laos...
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