[FACEBOOK]     

2003-11-28

Puerto Rico, Isla del Encanto

Son de Cuba A Puerto Rico. Pablo Milanés.

Intro: (Em-A7-D-G7-C- F#7-B7)

Cuando se alzó mi bandera/la tuya lo haría igual y fue esa vez la primera
que juntos quisimos volar/más tarde una voz amada, gritó con mucha razón
Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas/
Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas/
Puerto - Rico, ala que cayó al mar, que no pudo volar,
yo te invito a mi pueblo y buscamos juntos el mismo cielo.

Cuando nosotros los latinos intentamos echar un párrafo acerca del Caribe y de la Salsa, es inevitable pensar de repente en Cuba sin viajar, llevado simplemente por la corriente afro caribeña, hasta la espectacular Isla de Puerto Rico.
De nuevo aquí estamos viajeros empedernidos y sedientos de nuevas aventuras, esta vez nada más y nada menos que en Puerto Rico, Isla del Encanto.

Hablar de Puerto Rico sin referenciar aunque sea el espacio de unas líneas su historia sería grave pecado.

Solamente con caminar en su hermosa Capital, San Juan, que denominaría como una ciudad española con caricias caribeñas, ó si uno prefiere una Cuba moderna, se puede palpar a través de los monumentos la historia que sufrió la Isla, situada en un punto estratégico del Mar Caribe, tanto para los Piratas del siglo X como para los conquistadores que les sobrevinieron.
Y su historia más reciente va desde el descubrimiento por Cristóbal Colón en 1493 a partir de lo cual Puerto Rico se convirtió rápidamente en el enclave militar español más importante del caribe.
Los españoles que llegaban sin mujeres a la Isla del Encanto se mezclaban alegremente con las indias para dar lugar al descendente que hoy en día persiste, el Boricua.
Debido a continuas sublevaciones y ataques externos, España concedió finalmente su autonomía a los isleños, aunque pocos meses después se produjo la invasión por el ya hambriento Ejercito Americano. En 1898 terminaría la guerra Hispanoamericana.

Resultado, hoy en día Puerto Rico vive marcado por el sello americano aunque conserva su propio compás, denominándose Estado Libre Asociado con los Estados Unidos.

La primera noche nos adentramos en el lugar más movido de San Juan, para de paso cenar un buen pescado chillo, mofongo y un pastel de papaya. Y cosa inevitable Melanie nos propuso de seguida un pintch, whisky local, aunque Ferran no se atrevió a desmelenarse desde tan temprano. 'Queréis una?', ‘no gracias, le contestó mi buen amigo con una mirada maliciosa, busco algo más fuerte esta noche!’. Por mi parte la respuesta fue afirmativa, el encanto de San Juan ya se había apoderado de mi. ‘Si, repliqué, 'Usted está loco' añadió Ferran, 'No, no estoy loco, lo estuve una vez cuando estuve enamorado'.
Melanie se reía y al mismo tiempo, a 50 metros de nosotros, el espectáculo de salsa era digno de ver. Una salsa mucho más vacilona que pueda ser la cubana, esto para interesados.

En fin, como el clima no nos pudo acompañar debido a tormentas que dejaron a medio país inundado, optamos por visitar unas cuevas de estalactitas para seguir con el observatorio más grande del mundo, el mismo desde donde filmaron la película Contact.

Lo más impresionante sin duda además de la ciudad de San Juan fue la visita al castillo el Moro desde dónde se produjeron la mayoría de las batallas.
San Juan? Ambiente muy caluroso, pasando de lugares auténticos de salsa hasta discotecas como las que todos conocemos.

Y como no, los Boricuas (la gente de San Juan) y los Jíbaros (la gente de fuera de la Capital) igual de acogedores que en el resto de toda la zona del Caribe.

Fue un simple fin de semana en la Isla del Encanto.
Miguel Habana.

2003-11-05

Derecho a ser felices







Derecho a ser educados.
Derecho a ser protegidos.
Derecho a tener una educación escolar.
Derecho a disponer de ayuda sanitaria.
Derecho a no ser violados.
Derecho a no ser maltratados.
Derecho a no ser abandonados.
Derecho a no ser separados del resto de sus hermanos también abandonados.
Derecho a tener una familia.
Derecho a tener regalos y juguetes.
Derecho a sentir amor.
Derecho a sonreir.
Derecho a ser felices.

Simplemente un Derecho.
Y nuestra obligación en ayudarles a conseguirlo. A los nuestros como a los que están solos y lo necesitan.

Miguel Habana.

2003-10-30

Un baile en Montezuma

Gunar, buen camarada alemán aparecido para una aventura estos días por 'mi país' no se lo podía creer.
El atardecer que se exhibía ante él le iluminaba indecorosamente sus ojos y más aún su placidez interior, viendo como su sonrisa dibujaba una curva al unisón con las dunas de la playa. 'Incroyable !' repetía una y varias veces con su acento medio alemán, medio francés,y medio canario.


El encanto de Montezuma seguía intacto, al igual que la última vez que pude arrimarme a él. Nada más llegar al edén después de un paseo forzado en ferry y un contacto con las más que inexistentes carreteras del país, se me vino a la mente aquella sonrisa de entonces de mis dos preciosas amigas Marta y Mónica que en su día ya habían caído bajo el embrujo, ellas también de Montezuma. Y sinó pregunten al Rey Lagarto (Héctor) que él fue testigo. ¿No Héctor?

La playa de Montezuma nos regaló multitudes de olas descomunales, al igual que la playa de MalPaís, en dónde entrar en el agua era como entrar en un ring, tan fuerte eran las olas que nos derribaban y abatían cada 30 segundos.

El paseo por la cascada que llora hacia el mar y crea un 'agua dulce agua salada' casi nos cuesta el 4 por 4, aunque el riesgo valió la pena.
En cuanto a la noche no pudo ser más sublime, atardecer en Santa Teresa, y baile salsero en Montezuma. Cuantas figuras hemos aprendido Gunar ? Sobretodo con mi buena amiga Pebels, más hermosa cada día, 'cómo lo haces para que el tiempo te regale tanto crédito ? Pebels bailarina de salsa artística cada noche en el Hotel Tambor deleita a los turistas gringos con aquellos pasos de magia y una sonrisa de ensueño.

Ensueño al igual que en la piscina del Hotel Sano Banano, os lo recomiendo si os decidís a venir a verme...











Miguel Habana.

2003-09-15

La Mulata


Ya hacía calor esa mañana en Puerto Viejo cuando de repente se presentó en el Pan Pay. Esta croissantería emplazada a pocos metros del Jhonny's, lugar habitual de la fiesta nocturna, presentaba una imagen inmejorable en comparación con lo que solemos encontrarnos en el Puerto. Los amos, catalanes, habían decidido transformar una antigua panadería con el fin de poder ofrecer croissantería y desayunos semejantes a los que hay del otro lado del charco, Europa quiero decir.

Cuando deambuló por la entrada, la mayoría de las miradas se vieron arrebatadas de su quehacer, hombres en su mayoría,_que vamos a hacer, así somos de débiles _, dejando a medias las conversaciones ó lecturas que estaban llevando, sin preocuparse por lo que nadie hubiera podido pensar.
Y como decía Ismael Serrano en una de sus canciones, 'El culo, se lo mueve el diablo'. Y a ella eso le gustaba, sabedora de lo que estaba provocando en ese corto instante. Pareciera como si el acalorado ambiente de carnaval de Puerto Viejo, finalizado una semana antes, siguiera vivo. Y es que así era.

'Oye Papito, dame dos de estos' fue lo único que voceó, con un acento tan de Puerto Viejo, ya marcado por su pasado caribeño, y acorde a su esbelto cuerpo, de 1m80, fino, atlético, llamativo y con unas caderas que inspiraban a cuantos hombres estábamos aquí cualquier tipo de baile prohibido. No se parecían en nada a esas exageradas caderas que muchas de ellas llevan pasados los años, en especial las negritas. Quizás porque ella era Mulata. Podía ser de Puerto Viejo, aúnque también quizás era de Limón, ó de Manzanillo, ó a lo mejor de Cahuita. Quizás su color era el de Punta Uva, ó de Cocles, ó incluso sacado de Playa Negra, Playa Chiquita ó Playa Grande, quien sabe.
Lo cierto es que su salida fue al igual que su aparición, cargada de encanto, sintiendo como un montón de ojos la recorrían, y como ella a cambio no quiso conceder ni una simple mirada a todos esos blanquitos que llegaban cada día a su Puerto Viejo. Puerto Viejo tan cerca del Paraíso. A robárselo.
En un camino bordado de palmeras, dirigiéndose hacia la playa, se había eclipsado, tal como una fantasía. ¿La volveríamos a ver esta tarde en la playa Cocles? Tal vez con sus amigos rastas. ¿La volveríamos a ver esta noche bailando, como solo ellas saben, en el Stanford?
Quien sabe, aunque esa historia os la contaré en otra ocasión...
Miguel Habana.

2003-05-19

Bocas del Toro










Nos adentramos a través de los bananeros. El polvo de la carretera nos dejaba vislumbrar de cada lado a miles de bananos. Durante casi toda la mañana la lluvia había caído incesante, había llegado la época de lluvias y ya era tradición, dos horas antes el sol resplandecía y hacía un calor cargadísimo.

La noche anterior en Puerto Viejo fue una noche llena de recuerdos. Hacía mucho que no nos acercábamos por esta zona del Caribe, y el olor tan particular del pueblo nos había recibido a eso de las 22h00 de la noche, el tiempo justo para dejar nuestras pertenencias en las cabinas Tropical y dirigirnos directamente, después de una buena pizza, hacia el bar Bambú. La música de Jimmy Cliff nos alegraba la cara y refrescaba la mente, y aglutinarnos en medio de los rastas y pocos americanos del lugar fue algo más que natural.
Los que no bailaban estaban tumbados en la arena con su birra y su porro de maría, observando a la luna y a las miles de estrellas visibles, iluminando a su vez las olas que rompían a pocos metros del lugar de música.
Apuramos las últimas cervezas a eso de las 2h00 de la mañana y nos fuimos a descansar pocas horas antes de emprender camino hacia Bocas del Toro.

Una vez pasados los bananeros, nos presentamos en Sixaola lugar desde donde cruzamos la frontera hacia Panamá. Después de negociar con un taxista cuantos dólares balboas nos supondría el trayecto, llegamos al pueblo de Bocas del Toro, un pueblo que aún conserva el antiguo estilo caribeño. Una avenida principal, que permite recorrer el tiempo, observando aún las viejas casas de madera tal como eran a principios de siglo, el ya lejano siglo XX.

El grupo de islas que constituyen Bocas del Toro se sitúan al Norte de Panamá y forman un edén, teniendo en cuenta el agua turquesa y cristalina que las rodean. Para moverse entre esas islas, es necesario hacerlo en lancha, no hay otro modo. Sea en isla Zapatillas, en isla Bastimento, en isla Colón, o pasando por Punta Hospital, la mirada se pierde entre los cientos de peces y plantas marinas viviendo entre esas aguas diáfanas, y que dan lugar a hermosas playas en cualquiera de los cayos ó archipiélagos de la zona.
La tarde fue preciosa, y completada con un poco de snorkeling, a pocos metros de los arrecifes de coral, para finalizar con una buena comida en un cayo pequeño, con vista al mar, por delante, por detrás y desde arriba.
En la isla de Bastimentos estaba Ana, ex guardia civil de Valencia y Tarragona que dimitió de su rutina europea hace dos meses de eso para aislarse en este nuevo mundo. Ella cuidaba el bar de la playa de Bastimentos, un bar perdido entre una naturaleza hermosa, un bar que por cierto, no debía de acoger a más de 40 turistas en una semana. ‘Cuando me quedo a dormir aquí sin tener que ir al pueblo, me despierto y lo que me ofrece la mañana es una playa entera para mi, y eso es mi felicidad’.
El pueblo de Bastimento es realmente atípico, una línea recta con casas de madera muy antiguas, la mitad dando hacia el mar, la otra observándolo desde más arriba. Todos eran gente de color, caribe puro, y decenas de niños jugando por la calle. Aquello si que me encantó.

Esa noche decidimos divertirnos e iniciamos el contacto con los locales en el 'Barco Perdido', donde se reunían rastas, negritas, y algún que otro gringo, quizás retirados ya del sueño americano. Esa noche fue escandalosa, la pista se llenó tanto al son de la salsa como del funky, y el calor humano que inundó la pista en menos de lo que duraron los dos güisquis fue algo que no nos imaginábamos.
Seguro que esto es baile le preguntó Oscar? Aquella negrita le miró, sonrojó y siguió revolcando su cuerpo contra el suyo, al son de la música, en medio de la multitud de cuerpos entrelazados y mezclados. Supongo que si, que eso era bailar.
Anthony, alto, delgado, persona de color, era de los locales sin duda el más simpático. Aunque los años que pasó en la cárcel por asediar 15 puñaladas a un 'cabrón' no le certifican tal cual. Me explicó como se ocupaba los días con su novia francesa, su novia inglesa y las dos americanas que actualmente veraneaban en el pueblo.
Al mirar a Marian bailando, su exclamación engrandeció su razón de vivir, 'Ay papito, mírala mírala'.
Eran las 4h00 ya de la madrugada y los de siempre acabamos en el bar local, simplemente éramos los únicos extranjeros y sin embargo pareciera que llevábamos tiempo en el pueblo.
El día siguiente nos deleitó con Islas Zapatillas, cuya agua cristalina y turquesa nos dejó atontados durante un par de horas en la arena blanca, soñando y apreciando ese momento. Fue sin duda, lo más lindo del fin de semana, al igual que nuestro encuentro con la barracuda a la hora de comer. Al igual que la siesta del sábado en las hamacas observando como la lluvia tropical abofeteaba el agua cristalina, dando lugar a un momento de paz encubierto por el sonido cadencioso de las gotas.

El regreso hacia San José nos dejó sin voz, tantas imágenes circulaban a través de nuestros ojos, no sin volver a saludar el tiempo de un café nuestro querido Puerto Viejo...
Miguel Habana.

2003-05-01

Tarzán en Nueva York

Tarzan en Nueva York.
Si, así me noté ó por lo menos es lo que resentí a mi vuelta a Barcelona. Tarzan en Nueva York.
Completamente desubicado. Perdido.

Edificios y más edificios, todos más altos y ensordecedores unos que otros. Menos mal que suena el claxon de los coches para entorpecer el murmullo de la multitud paseando, quiero decir, abriéndose paso a través de Av. Diagonal ó de la Gran Vía. Raudal de gente con disfraz de domingo, niños de ciudad con trajes y corbata, a veces alguna que otra franja gratis, franja en el espacio y en el tiempo claro, porque resulta que ahora todo es de pago, pago para respirar, para caminar, para parquear, como decía la taxista cubana de Nueva York, no es más que un comunismo organizado. Te quieres desplazar, hay que correr y correr, siempre apresurado, quieres acomodarte, hay que dar de codazos, quieres complacerte, hay que pagar, esto es el resultado de esta selva moderna, otra que la que a mi me gusta. Y de la Europa moderna, por supuesto.

Ah Tarzan, me ha costado muchos años pero ahora entiendo y concibo porque no te podías pasar de tu selva, tus palmeras, tus cascadas y tus animales de compañía.
Por un lado me vuelvo feliz a Costa Rica, por otro muy triste de ver que Barcelona me asusta, que me voy sin Jane - por cierto sigues igual de hermosa nena - y que quizás me tenga que devolver en pocos meses, dejando atrás mi tabla de surf, mi Tamarindo, mi Puerto Viejo, mis anocheceres del Pacífico, mis amigos hogareños, Lili, Peggy, Pixie, Pebbels, y demás maes, mi selva relajante, mis viajes por Centroamérica, el Mambo Bar de Pocahontas, el bar chino de Jonás, dejando esa Pura Vida que sencillamente estoy empezando a saborear y que ya me está desclavando de aquí.

Ahora te entiendo Mendiluce cuando explicabas en tu libro de Pura Vida, 'no me falta nada que yo sienta'.

Y aquí estoy, de esa manera, escondido en uno de mis bajos momentos emocionales. Pero supongo que mi hermosa amiga Nathalie Suez-Panamá tenía razón, supongo que la Vida es eso, llena de altibajos, y los momentos bajos se averiguan necesarios para poder saborear los buenos momentos.

Tarzan en Nueva York, si, así me sentí. Lo siento y asiento.
Ahora que la Sociedad se mueve cada vez más deprisa, me entran las ganas de caminar cada vez más mansamente simplemente con el fin de poder regocijarme de cada segundo, en su mejor intervalo, cumpliendo una a una mis ilusiones.
Pero no todo es gris, seamos sinceros y que hable el corazón! Sigue mi familia y siguen mis amigos, eso siempre, aunque a excepción de ellos, hoy por hoy, en Barcelona, 'no tengo nada que yo sienta...'.
Miguel Habana.

2003-03-24

Blanco y Negro

Según las Leyes de Grassman, cuando dos colores son sensorialmente iguales, la igualdad se mantiene si la luminancia de cada uno de ellos se multiplica ó se divide por el mismo factor.
Esa noche no fue el caso. Sin embargo, si que cada una de ellas iluminaba la fiesta a su manera, risas, sonrisas, pasos de baile, movimientos de caderas, ahh ticas en blanco y negro! brindamos por Vos ! y nosotros españoles admirando, sin querer ni poder sentir otros colores que los de esa noche, el blanco y negro. Oscar ! Angel ! Que me decís!

No quisimos aplicar filtros ni a los Angelitos Blancos ni a los Diablos Negros, aunque estamos seguros de que hubo algún angelito vestido de diablo y más de un diablo vestido de angelito, y de ahi el encanto que se desató a lo largo de la noche.
Y como cantaban Pablo Milanés y Victor Manuel
"Cuanto me alegro, de que pintes conmigo en blanco y negro, graffiti en los muros del planeta, y si falta un color en mi paleta, regálamelo tú."
"Por eso al alimón, con Pablo canto un son, en blanco y negro arriba ese telón, en blanco y negro comienza la función.".

Comenzó la función, si, y desfilaron una tras otra, con siempre los mismos colores y las mismas sonrisas, y aunque solo de de paso por este lapso de tiempo, divinas ticas, fue lo justo para exponer bajo esas dos tintas el atrevido encanto que se desprendía del movimiento de caderas, .., hasta dónde puede aguantar el corazón !?

Tengo un amigo que vino a la fiesta, Johnie Walker, y él me decía:"Apuntale a la Luna, aún si fallas, alcanzarás las estrellas".
No fue necesario, ni desde la terraza que nos expuso bajo la Luna alguna de las intimidades de la Noche, ahí estaban las estrellas. Todas.

Julieta ! De dónde salen tantas amigas!

Desde entonces, ya no soñamos en colores...
Miguel Habana.

2003-03-19

Tikal y el Mundo Perdido

Taán u ki' k'aay máaso' ob.
No estoy ebrio. Simplemente me encuentro en Tikal, en la Gran Plaza rodeada por el Templo del Jaguar y el Templo de los Mascarones.

Estas dos niñas son de aquí, de la zona maya de Peten, y su traje de mil coloraciones lo atestigua.
Durante unos segundos, mi cámara ha captado su sonrisa y ellas me conceden unas palabras en uno de los dialectos mayas, el Quiché. Unos de los pocos que han permanecido desde la llegada de Colón al Nuevo Mundo.

Llegar a Tikal, significa rendirse ante la perfección y el enigma de la cultura maya, majestuosa con sus diferentes templos, altares, acrópolis. Algunos de ellos cuentan hasta con más de 143 angostos escalones.

No existen términos para describir ese momento, ni el espectáculo desde el templo del Mundo Perdido desde el cuál tantos sacrificios de doncellas se han ido sucediendo a través de los siglos, como ofrenda al supramundo y al intramundo.
Silencio por favor. Estamos ante un fragmento de la historia de la humanidad.
../..

Después de un largo e intenso momento de aturdimiento y éxtasis cultural, y de un agotador pero enriquecedor recorrido de 8 horas a través de todo el pueblo maya, el único desconsuelo fue ver como una nube nos negaba un atardecer tan esperado desde la vista del Mundo Perdido, rodeado por el resto de los templos y por una selva interminable.
Nos situamos por encima de los árboles, incluso los que llegan a 80 m de altura y los ojos parecen captadores sensibles de sonidos e imágenes.

El resto de nuestro viaje por Guatemala y Antigua fue muy enriquecedor. Antigua, ciudad hispánica del siglo XVI representa un elocuente encanto debido a su mezcla cultural entre dos mundos distintos: el mundo indígena y el mundo hispano.
Antigua, joya colonial llena de colores, de calles empedradas, pareces haber detenido el tiempo entre tus calladas y dormidas arterias!
Y nosotros nos detenemos para admirarte.



De Guatemala me llevaré de recuerdo la bonita sonrisa de los niños que intentaba disimular esa gran tristeza, tristeza que parecía haberse instalado en sus miradas desde hace años... Miguel Habana.

2003-03-05

Devil

Sé lo que soy. Un francés sin rumbo fijo. Lo sé, y no hace falta repetírmelo.
Y si me decido a deslizar de vez en cuando la pluma sobre un pétalo de papel, es sencillamente para relatarles un capitulo más de mi libro, el que voy rellenando cada día, hoja a hoja.

Capitulo X. ‘Devil came to me’.

Te vas a una fiesta con la única idea de tomar tragos y pegarte un par de bailes con la chica más borracha que puedas conocer, en fin, que os voy a contar pendejos que hemos sido todos a la más mínima ocasión. Juan Luis! Cómo echo de menos tus salidas conmigo!

Y de repente, en la peor fiesta del año, la del cierre y apertura, ahí aparece un ángel, pero te pones a dudar, su atractiva sonrisa es tan sincera, el baile de caderas que te dedica te encandila de tal forma que piensas que esto solo lo puede provocar el diablo. Pero Devil ! de dónde has caído ?

No me pidáis más detalles, no os narraré esta vez, y simplemente por egoísmo, ni una sola pincelada de lo que me pude tropezar, esa sensualidad en su voz, esa mirada que impartió durante toda la noche, esa sabrosa boca que corrompe tus pensamientos, ese corazón que manifiesta, sencillo, humilde y con tales predilecciones en su dedicación hacia el bien, quizás sea eso que te conserve tan joven y atractiva?. Y sino, dime cual es el secreto Devil !

Estamos en tiempos modernos, y para ir al rescate de la gente necesitada Devil ya no utiliza los caballos como lo hacía Lanzarote ó Juana de Arco, no, simplemente se desplaza en helicóptero. Entre las nubes. Entre los suyos. Porque ella es un angelito. Algunas veces os he mentido? Pocas veces me he equivocado.
Mi amigo Jonhny Walker siempre me repite entre un par de copas 'si no encontramos un camino, construiremos otro'. Me domina esa frase, acaso es quimera querer poder cambiar un falso destino ¿?...

Pues de la misma manera, Devil, sea con bomberos, con médicos, con ONGs, con los de rescate montaña y mar, pues Devil dedica todo su esfuerzo en socorrer a la gente en apuro, entregándoles todo su esfuerzo, todo cuanto pueda, porque creo que si, bueno, la verdad es que no estoy seguro, pero sigo pensando en que es un ángel disfrazado de demonio y no lo contrario...
Sino, que me expliquen como podría volar con esa sonrisa...
Miguel Habana.

2003-03-04

Pocahontas la Princesa Tica

PocaHontas existe. y Yo la vi.

Y en este caso en particular no son los pioneros ingleses que se enamoran de una bella india, son simplemente los güeros foráneos y, porque no decirlo, hispanos como nosotros, los que se ven prendidos por esta bella tica.
Si en aquella época a eso del año 1617, "Pocahontas, la princesa india" siempre se veía acompañada por un colibrí y un mapache, en este caso, hoy en día siempre se ve asediada por varones, varones que le ofrecen la mejor vida que nunca pudo haber soñado, toda la plata que ella pueda exigir, todo el cariño del Pacífico pero Pocahontas sin hacerles caso sigue de fiesta con sus amigas, una de ellas, la también ya narrada hermosa argentina de Mar del Plata, Laura. (Ver capítulo anterior ‘Puro Pacífico’).

Y en medio de la celebración Pocahontas sigue entregando lo más bonito de su corazón, esa mueca que desprende su jugosa boca, estoy hablando de su sonrisa. Pocahontas, de dónde viene esa sonrisa!

Entenderéis fácilmente porque Pocahontas significa traviesa, basta llegar al Mambo Bar y observarla detrás de la barra, ahí se exhibe, de 9 de la tarde a 3 de la mañana, 5 días a la semana, regalando esa mirada y sonrisa que incitan a consumir más cerveza, ron ó whisky por muy poco sediento que estemos simplemente con tal de verse otorgado por una de sus ojeadas.

Frente a esta intimidad escondida y expuesta, enfrente se encuentra Alesandro, cuyo contraste de actitud acrecienta la magia del Mambo Bar, Alesandro, que manera de descubrirse!

Alesandro, disk jockey oficial de la fiesta nocturna de Tamarindo, titulo honorífico!
Alesandro decidió venirse hace 5 años de Milano, dónde desde los 19 años su vida se ha visto envuelta por la música. Alesandro, de dónde sacas tan buena música!? esa que te ayuda a conseguir aquella mezcla explosiva de gringos, ticos, surfistas, rubias americanas, trigueñas, rastas, jugadores de pool, que se dan cita como cada día en el Mambo Bar después de un día de Puro Pacífico, esperando a encontrarse nuevamente con Pocahontas...
Miguel Habana.

2003-02-11

Puro Pacífico



Nos hospedamos en unas cabinas que unos franceses decidieron comprar, hace de eso 6 meses. Ahí tenemos a una pastelería francesa y el sabor del croissant me recuerda Europa y sobretodo a Francia, ah, recordada Francia, aunque el entorno era distinto. Ellos decidieron hace años dejar todo su pasado del Sur de Bretaña para irse a vivir una vida mejor, una Pura Vida.


Aquí estamos en Tamarindo, en el Pacífico de Centro América, y el lugar desde dónde desayuno me regala una vista estupenda de la playa, con sus surfistas y algún que otro niño de color bañándose en la orilla. Que bueno me supo el croissant.

El día anterior, viernes noche, Ferran y yo nos perdimos como ya empieza a ser costumbre, en el Mambo Bar, cuyo Disk Jockey se merece una medalla de interpretación musical por como vive cada una de sus canciones. Imperial tras Imperial, que rica estás Cerveza Tica ! eso nos ayudó a entrar más en el ambiente, gringos, surfistas, hogareños, muchos con trenzas , en fin, Puro Pacífico. Esa noche, decidimos juntar nuestro talento y no hubo nadie que pudiera destronarnos del billar, ni gringos, ni ticos, al final salimos victoriosos de todos los desafios. Por algo B.B.Bum (Ferran) fue campeón nacional por equipos , yo sólo lo fui de mi barrio en Francia.

El contacto nuevamente con la tabla de surf nos devolvió la sonrisa, más teniendo en cuenta los progresos que apreciamos. Ya nos cuentan entre los que saben levantarse sobre una tabla y aguantar en ella hasta que le rindas homenaje a la ola, cuando ya no le queda fuerza para arrastrarte hacia ella.
En fin, surf todo el día, hasta el momento tan esperado. Reposados dentro del agua sobre la tabla, sobre nuestra cabeza acechaba la luna y allí al fondo se despedía el sol, amarillento, dorado y por fin ambarino, mientras lo observamos finalmente sentados sobre la tabla entre ola y ola.
Para acabar nos despedimos de alguna que otra ola en la oscuridad de mientras se empezaba a oir la música de fondo en la playa y por fin, un poco de relajo, ayer hemos dormido poco.
Justo antes, nos dimos cita con unas amigas de San José, ellas también de paso por este lapso de tiempo, divinas ticas, lo justo para exponer en esta parte de país el atrevido encanto que se desprendía del movimiento de sus caderas, Maureen, Jenny, Isabel..., hasta dónde puede aguantar el corazón ?

Después de una buena carne de res en el restaurante CopaCabana, como no, con lo hermosa que era Laura la camarera, argentina de Mar del Plata, con un cuerpo exageradamente agradable a la vista, incluso, ó más bien dicho, excepto su protuberancia, nos dirigimos primero al Mambo Bar para recalar en el bar de la playa en el cuál se encontraba todo Tamarindo.
Bareto con el mismo Disk Jockey y sus discos de childout, el trago a 1000 colones, baile sobre la arena bajo la palmera y a un palmo de la playa, cuerpos dormidos, cuerpos entrelazados, rubias americanas, apuestos surfistas, trigueñas del país y rastas frenéticos, charlando, riendo, mirando las estrellas, tomando, bailando, en fin, viviendo. Pura Vida.
La noche fue dura y larga, whisky, tequila, más whisky, más tequila, entremezclado con algún que otro beso robado a aquella hermosa tica, hermosa Maureen, cuyos ojos parecían haber encarcelado el color de Tamarindo.









Creo que me quedaré con eso. Miguel Habana.