"In Tepoztecatl caltecpantli - mochi in Tepozttlan-ilamayantli, nican omochachantique in Xochimilca tlatlacá ipan in Xihuitl 1220. d.c."
"El sitio de El Tepozteco, como el valle de Tepoztlán, fue ocupado en el año 1220 d.c. por los Xochimilcas."
Así empieza la historia, y con buen gusto la transcribo para los que aún no dominan el idioma Azteca.
Por circunstancias de la Vida, aquí me encuentro en Méjico esta vez en unión con la Historia Azteca y el no sumergirse en la historia de este pueblo sería como un desliz grotesco,(dejo eso para los otros), tanto los vestigios de este recién pasado se respiran en el ambiente.
Cuenta la historia que en los años 1430 el sitio de El Tepozteco y el Valle de Tepoztlan, vecinos de CuernaVaca, fueron conquistados por Izcoátl, teniendo que pagar tributos a la Triple Alianza formada por los Mexicas, Texcocanos y Tepanecas, aúnque algunos historiadores dicen que fue Moctezuma Ilhuicamina quien en el año 1462, conquistó Tepoztlán además de otros 32 pueblos.
Sin embargo, y como no, proviniendo de la famosa Madre Patria, el Fraile dominico Domingo de la Anunciación acabaría con el reinado de Tepoztlan en el Siglo XVI.
En la actualidad el Templo de Tepozteco dedicado al Dios Tepoztecatl observa cada día desde la cumbre de una formación rocosa el amanecer y atardecer de Tepoztlan. Preciosa Vista.
'No manches Guey, esto es bien padre'. Rosa, nuestra agradable compañera de trabajo que con gusto nos sirvió de guía este domingo no permitiría que unos 'gachupines' (españoles!) no aprecien el espectáculo brindado por este divino lugar.
Después de un recorrido de casi 2 horas de montaña hasta la Cima del Templo, nos regresamos al Pueblo, obteniendo de paso la bendición del Guardián de la Montaña, inmóvil en el mismo sitio durante horas, quizás durante años, y formando ya parte del paisaje de Tepozteco.
Tal esfuerzo y tal bendición nos hizo merecedores de una buena comida picante en Los Colorinos que con una facilidad sorprendente nos devolvió los colores lo que nos permitió seguir, el resto del día, con un paseo por el Pueblo antiguo, observando la ya vetusta Iglesia así como los tenderetes de recuerdos de este pasado que nosotros, turistas de un día, solo pudimos acercar el tiempo de unas horas...
"El sitio de El Tepozteco, como el valle de Tepoztlán, fue ocupado en el año 1220 d.c. por los Xochimilcas."
Así empieza la historia, y con buen gusto la transcribo para los que aún no dominan el idioma Azteca.
Por circunstancias de la Vida, aquí me encuentro en Méjico esta vez en unión con la Historia Azteca y el no sumergirse en la historia de este pueblo sería como un desliz grotesco,(dejo eso para los otros), tanto los vestigios de este recién pasado se respiran en el ambiente.
Cuenta la historia que en los años 1430 el sitio de El Tepozteco y el Valle de Tepoztlan, vecinos de CuernaVaca, fueron conquistados por Izcoátl, teniendo que pagar tributos a la Triple Alianza formada por los Mexicas, Texcocanos y Tepanecas, aúnque algunos historiadores dicen que fue Moctezuma Ilhuicamina quien en el año 1462, conquistó Tepoztlán además de otros 32 pueblos.
Sin embargo, y como no, proviniendo de la famosa Madre Patria, el Fraile dominico Domingo de la Anunciación acabaría con el reinado de Tepoztlan en el Siglo XVI.
En la actualidad el Templo de Tepozteco dedicado al Dios Tepoztecatl observa cada día desde la cumbre de una formación rocosa el amanecer y atardecer de Tepoztlan. Preciosa Vista.
'No manches Guey, esto es bien padre'. Rosa, nuestra agradable compañera de trabajo que con gusto nos sirvió de guía este domingo no permitiría que unos 'gachupines' (españoles!) no aprecien el espectáculo brindado por este divino lugar.
Después de un recorrido de casi 2 horas de montaña hasta la Cima del Templo, nos regresamos al Pueblo, obteniendo de paso la bendición del Guardián de la Montaña, inmóvil en el mismo sitio durante horas, quizás durante años, y formando ya parte del paisaje de Tepozteco.
Tal esfuerzo y tal bendición nos hizo merecedores de una buena comida picante en Los Colorinos que con una facilidad sorprendente nos devolvió los colores lo que nos permitió seguir, el resto del día, con un paseo por el Pueblo antiguo, observando la ya vetusta Iglesia así como los tenderetes de recuerdos de este pasado que nosotros, turistas de un día, solo pudimos acercar el tiempo de unas horas...
Miguel Habana.
